Texto nº 16 para comentar
Si en el buscador de Google uno teclea Blancanieves en el apartado de imágenes, tendrá que pasar 13 pantallas para ¡al fin! dar con una bella joven sin el sello de Disney en la frente. Ya sea en formato película- la primera de animación de la compañía- como en sus derivados: libros, cromos, disfraces... Casi sólo existe en el ideario colectivo una bella dama de pelo azabache adornado con una cinta roja, falda amarilla, cuerpo con hombreras azul y capa. No hay carnaval o fiesta de cumpleaños sin la Blancanieves de Disney de la que tanto se habla en el libro más documentado de la compañía El arte de Walt Disney. Pero la protagonista del cuento de los Hermanos Grimm no es tan candorosa como nos la presentan desde Hollywood y así lo muestran otras ediciones de la historia. Conviene recordar las más recientes en plena fiebre de Blancanieves. Hoy se estrena una versión con Julia Roberts como madrastra; Charlize Theron participa en una centrada en el cazador que le perdona la vida a Blancanieves y, una vez más, Disney está detrás de un filme esta vez con imagen real y en clave de kung-fu. Los enanitos son siete monjes ninja, tan disparatados como los de la versión española, de Pablo Berger, en blanco y negro, muda y con Maribel Verdú como madrastrona rodeada de tricornios, toreros y flamenco. También la pequeña pantalla ha sucumbido. En la recién estrenada Érase una vez, de la cadena AXN, la heroína de la manzana roja, lejos de la candidez presupuesta, va armada con una espada y no vive del cuento (nunca mejor dicho) sino que sustenta económicamente a los siete enanitos.
Fuera caretas. En el cuento del siglo XVI el daño lo origina Blancanieves al provocar la muerte del hijo non nato de su madrastra que se vuelve desde entonces loca y cruel. El experto Antonio Rodríguez Almodóvar, empeñado en recopilar los cuentos orales españoles, piensa que cualquier intento de racionalizarlos o de acercarlos a intereses o ideologías de nuestro tiempo, está condenado al fracaso, si no al más espantoso ridículo. "Ni Disney, ni nadie, podrá evitar que la heroína emprenda y supere un durísimo camino de emancipación, huyendo de un espeso ambiente incestuoso. Por eso las versiones más auténticas de Blancanieves no hablan para nada de siete enanitos, sino de siete, o tres, hermanitos, los que previamente han sido expulsados del hogar por un padre que ansiaba tener una niña, que al fin llegó", sostuvo hace unos meses en Babelia. Según Rodríguez Almodóvar en España hay al menos dos cuentos con un argumento similar: La madre envidiosa y Mariquilla y sus siete hermanitos. Los dos forman parte del tomo I de Cuentos al amor de la lumbre (Anaya), con ilustraciones de Pablo Auladell.
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