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Examen de selectividad curso 2012/2013 - Lengua castellana y Literatura

REALIDAD Y POESÍA EN LA CASA DE BERNARDA ALBA. Por el profesor Manuel Cifo

REALIDAD Y POESÍA EN LA CASA DE BERNARDA ALBA. Por el profesor Manuel Cifo

            Parece ser que La casa de Bernarda Alba estaría inspirada en algunos hechos reales. La familia Alba existió en la realidad, y el autor pudo observarla e inspirarse en ella allá por el año 1935. En Valderrubio (Granada) –antigua Asquerosa- vivía una mujer llamada Frasquita Alba, que llevaba varios años viuda, y que sometía a una férrea disciplina a sus hijas. Su casa estaba contigua a la de la familia de García Lorca, con la que compartía el pozo.

 

            Una casa cuyos enseres apuntan a un espacio típicamente andaluz: cortinas de yute rematadas con madroños y volantes, sillas de anea, gruesos muros, puertas con arcos, etc. Y, además, una casa caracterizada por la blancura de la misma, que simbólicamente se irá atenuando a medida que avance la obra (habitación blanca, en el segundo acto; pareces blancas ligeramente azuladas, en el tercero).

Junto al color blanco, el negro del luto, igualmente real e igualmente simbólico: vestidos negros, abanicos negros, etc. Es decir, un contraste entre el blanco y el negro que se acentúa especialmente en el acto III, cuando Martirio y Bernarda salen a escena en enaguas y con un mantón negro, y cuando, a la oscuridad de la noche, se le enfrena el color blanco del caballo garañón.

 

            Por otra parte, en la obra se refleja a la perfección la sociedad patriarcal (matriarcal, en este caso) de aquellos años, que solía provocar infelicidad y sufrimiento, amén de escasa rebeldía. También se presenta con claridad cuál era el papel de la mujer y del hombre y qué tipo de convivencia existía en el seno familiar, durante los años treinta y, más aún, en el seno de una familia afincada dentro de un ámbito rural de lo que podríamos llamar la Andalucía profunda: “Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón”.

            Los matrimonios se solían acordar al margen de la opinión y la voluntad de los hijos, y se basaban mucho más en cuestiones económicas y sociales que amorosas o personales, como es el caso de la relación existente entre Pepe el Romano y Angustias. Él va por su dinero, por sus marjales y sus arboledas.

           

Una vez casada, a la mujer le correspondía cuidar la casa, como ámbito propio de la familia y no preguntar al marido por nada; hablarle y mirarlo cuando él lo hiciera, para así no tener disgustos: “No le debes preguntar. Y cuando te cases, menos. Habla si él habla y míralo cuando te mire. Así no tendrás disgustos”.

 

Para completar ese “documental fotográfico” que, según Federico, tendría La casa de Bernarda Alba, el autor aporta una serie de aspectos que reafirman ese componente realista de la misma:

 

1.                             Reflejo fiel de la compartimentada sociedad de la época, con sus diversos grupos sociales y con todos sus vicios y defectos.

2.                             Presencia de numerosos elementos costumbristas, que hacen referencia a modos de vestir, creencias, supersticiones y prácticas religiosas, etc. Y, de forma muy especial, la preocupación por el famoso y tópico “qué dirán”.

3.                             Uso de un lenguaje coloquial en el que no faltan los insultos groseros; los vulgarismos en boca de Bernarda, Poncia o la criada; los andalucismos y localismos propios del habla campesina; y los refranes y dichos populares.

 

Y, de otro lado, igualmente existen otros elementos que refuerzan ese otro componente poético y simbólico:

 

1.                             Presencia de numerosas metáforas, comparaciones, hipérboles y paralelismos morfosintácticas y semánticos.

2.                             Sobre todo, la presencia de determinados símbolos, como pueden ser los siguientes:

 

- el agua: por un lado, el agua se vincula con la sed de las muchachas; o sea, con su deseo sexual. Porque la sed es la que, por ejemplo, mueve a Adela en el acto III, y su sed es tanto de agua como de Pepe.

El agua de los ríos es agua que da vida, que fecunda y que se asocia con el encuentro amoroso, pues, como dice Adela: “Pepe el Romano es mío. El me lleva a los juncos de la orilla”. En cambio, el agua de los pozos es símbolo de agua estancada, envenenada, de muerte.

 

- el caballo garañón: representa la fuerza natural, el instinto y la pasión desenfrenada. Además, la figura del caballo se asocia a la de Pepe el Romano, pues en dos ocasiones se dice que iba montado en su jaca.

 

-las flores: símbolo del amor, la pasión y el deseo sexuales. Flores llevan el abanico que entrega Adela. Una corona de flores lleva Paca la Roseta cuando regresa al pueblo después de su experiencia sexual con los hombres, y también María Josefa cuando aparece en el primer acto “ataviada con flores en la cabeza y en el pecho”. Además, el coro de segadores canta: “El segador pide rosas / para adornar su sombrero” (acto II)

                       

-la oveja que lleva María Josefa al final de la obra puede aludir al sacrificio que va a hacer Adela, entregando su propia vida al servicio de la libertad.

 

 

            Además de todo lo anteriormente expuesto, algunos estudiosos hablan de posibles fuentes literarias manejadas por García Lorca. Tal es el caso del concepto del honor tan férreo que tiene Bernarda Alba enlazaría con toda la tradición literaria del concepto del honor del teatro de nuestro Siglo de Oro, y muy especialmente el de Calderón de la Barca. Y, también, hay quien ha señalado una posible semejanza entre las férreas y tiránicas figuras de Bernarda y doña Perfecta, la protagonista que da nombre a la novela de Pérez Galdós.

            Igualmente, se podría ver una fuente literaria en la forma de comportarse de los criados respecto de los señores. Algo que había tenido una notable presencia en La Celestina, a propósito de la actitud hostil que mantienen Sempronio y Pármeno hacia Calisto, similar en buena medida a la que manifiesta Poncia hacia Bernarda. Además, quizá convendría no perder de vista el hecho de que, en la Segunda Celestina (1536), de Feliciano de Silva, aparece una criada llamada Poncia.

             

6 comentarios

SùH RóCìÓh RèShÚlÓnÀh -

SóYh lÀ mÁh cÁníH dÈr TúTòH

Chunga Cuadrado -

Tengo 48 denuncias soy una changa

CONGITO RECHULON -

SOY GAY Y ME GUSTA EL PROFE DE INGLES

Quini Zabala -

Me hago fotos en pelotas y las subo al tuenti

Ale Rey -

Muajajja estoy enchufao a la drojaina

Anita Medina -

L pa tíh manoh